Suspirando...

Otro día más a las 22:22 Te pienso. Te extraño. Me pregunto si estarás bien. Otro día más. Escribo para no escribirte. Escribo para mi o para vos. Ya no recuerdo para quién. Otro día a la misma hora. Dicen que estás pensando en mi. Digo que estoy pensando en los dos. A la misma hora. No sé el porqué. No sé. Y es. Aunque no sea más. Y ya sean las 22:23 Y fue. Pero sigo pensando en vos. Y el reloj no entiende más nada. Y en el instante presente existís aunque el tiempo siga contando... Y yo sigo escribiendo. O soñando. 

Me estoy perdiendo y me doy cuenta. Mis pasos no son míos, este no es mi lugar, ni se parece. Estoy entrando a una cueva que no sé si tiene salida y me da miedo, terror. Tampoco puedo detenerme y volver es arriesgarme a encontrar lo que ya perdí y dejé de ser. Me doy cuenta que estoy sin rumbo pero esperando encontrar algo, cualquier cosa...Se me acelera el corazón con cada paso y mi intuición me grita que pare, que por ahí no. Y me quedo quieta, por un segundo, 2 horas y 3 noches, inmóvil sin saber qué hacer. Estoy completamente perdida, sí. Y entre tanto caminar, ya no sé si estoy soñado o es verdad. Y mientras más lo pienso, más me alejo de ser yo misma, estoy siendo cada vez más esto que siento, que lo que quiero. Y no sé si estoy tan perdida como creo, estoy peor...

Hablame de qué te gusta hacer estando sólo, con amigos y conmigo. Hablame de cuál es tu sueño, en qué pensas cuando te levantas y en quién cuando te vas a dormir. Contame que te hace reír y qué llorar, a dónde querés ir y a qué lugar no querés volver. Hablame de tu dibujito favorito cuando eras chico y de las veces que te caíste aprendiendo a andar en bici (o en la vida). Hablame de esa comida que tanto te gusta y cuál no podes ni ver. Hablame de tus miedos, de tus enojos, de tus secretos y en qué crees. Cuál es tu color preferido, si sos zurdo o diestro, si tomas café y con cuántas de azúcar. Hablame de tonterías, del noticiero, de un chiste que te acordaste, alguna anécdota que quedó ahí para siempre aunque no conozca los personajes. Hablame de cómo estuvo tu día, que te enojó y que te hizo reír sin razón. Hablame de tus ex amores, que son parte de tu historia y de lo que sos hoy. Hablame de tus mascotas, tu familia, tus vecinos y el señor del kiosko. Hablame desde el silencio y con ...

Y el problema fue mío desde que decidí darle vuelta a la llave y no dejar la puerta trabada. Desde ese momento en el que creí que podía escaparme por la ventana si entrabas y no me percaté que estaba en un piso 22. Desde ese momento en el que no sé ni cómo ni cuándo ya era demasiado tarde. Tarde como cuando se enfría el café y te lo tomas así sin darte cuenta. Tarde como cuando quise cerrar los ojos para dormir y ya era de día. Ese maldito insomnio que me habla de vos permanente. Ahí, una de esas noches, entre tanta charla, me di cuenta que el problema era mío, porque no estabas ni enterado de lo que pasaba de esa puerta hacia dentro. No tenías ni idea de que cada vez que cruzabas, la sonrisa se chocaba con las paredes y el corazón corría más fuerte de lo que quería hacerlo yo. Ni enterado estabas que ya no podía irme y que tampoco puedo buscarte porque no sé dónde hacerlo y tampoco sé qué hacer si lo consigo. Ni idea tenías y yo tampoco. Hasta hoy que sé que el problema es mío...Y el ...