Te acostumbraste...

No miras el cielo porque lo tenés siempre a la vista, te acostumbraste a que siempre está. Y así con lo cotidiano de tu vida vas, sin mirar o mirando sin realmente ver. Los momentos, los instantes, la grandeza en todo, en la simplicidad, como la comida de tu vieja, tu perro moviendo la cola, la birra con tu amigo, un te quiero, un abrazo, o sólo respirar...Y te acostumbraste a valorar, cuando los momentos se convierten en recuerdos, cuando ya no están. Como si el cielo fuese siempre el mismo, como si vos fueses el mismo, así vas...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Mundos...

Me gané...

CREO