Mis alas...
Porque una vez que desplegué mis alas nada volvió a ser igual. Sentada
en una nube observé lo chico que es el mundo y lo quieto que estaba.
Comencé a ver la vida de otra manera, desde otra perspectiva, valorando
hasta el más mínimo detalle porque cuando uno vuela, todo va rápido, muy
rápido. Vi mil salidas y puestas de sol por minuto. Y así de rápido se
nos pasan los días, los meses, los años , la vida misma. No comparto la
idea de tener los pies sobre la tierra porque volando siento el aire,
siento la vida, siento mis sueños, puedo ir más rápido detrás de ellos.
Mis alas me han permitido la libertad de ir a donde quiera, de ver mucho
más allá de lo que ven mis ojos y de sentir con el alma cada segundo...
Y aunque hace poco emprendí este vuelo y me queda mucho por andar, de
algo estoy segura...la tierra no la vuelvo a pisar.
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