Cuentos de princesas...

La vida es dura pequeña, no creas todo lo que dicen sobre castillos, duendes y príncipes azules. Quiero enseñarte algo... ¡Sigueme! Y en ese momento en que su manito agarró la mia, me di cuenta que las ilusiones no deberían perderse, deberían cumplirse. Caminamos un largo rato, creando historias, soñando... Ver en su rostro la felicidad innata de alguien que no conoce maldad, no conoce el sufrimiento, que vive en un momento en que todo es realidad, no existe la mentira, no hay malas personas a su alrededor...Ese rostro que me mira ansioso esperando que le muestre cómo es el mundo hoy, me recuerda en el reflejo de sus ojos, que en algun momento fui niña y también creí historias increíbles. Justo en ese lugar, su risa contagiosa, me enseñó que no hay bien más preciado que la inocencia en la que se vive cuando tenes a penas unos pocos años de edad. Y justo cuando terminábamos el recorrido... Me di cuenta que mi pequeña princesa me enseñó mucho más de la vida de lo que yo le puedo mostrar.

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