Huir de uno mismo
Vivía huyendo del día, del sol, del compromiso que se asomaba con ese renacer. Despierta! Abre los ojos.. Que hoy es hoy y ya nada puedes hacer. Camina como lo haces normalmente, no te persigas, no corras, nadie viene. Sigue adelante, no temas ni te refugies en una sombra que con el tiempo se desvanece. Respira, no juegues con el miedo, entiende que la fuerza que necesitas, no está allá adentro. Sonríe, disimula, que el atardecer está apareciendo, ya no falta mucho para encontrarte de nuevo. Y en ese momento, cuando la noche aparece, él seguía huyendo... Pero ésta vez, de su propio sueño.
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